Hoy quiero hablarles sobre la salsa mexicana y a la vez compartirles un pedacito de mi historia de vida creciendo y degustando continuamente de esta rica mezcla de sabores que me ha heredado mi país y me permite explicarle con más detalle a mis clientes y conocidos Ecuatorianos la diferencia entre nuestra salsa y el ají.
Comencemos por la definición clásica de la salsa, la cual se describe como una mezcla liquida de ingredientes que pueden ser fríos o calientes y que tienen como objetivo acompañar a otras comidas o simplemente como un aderezo liquido que intensifica el sabor de las mismas.
Para mí la salsa es el alma del platillo que genera múltiples sensaciones tanto olfativas de gusto y visuales que producen en las personas una explosión de los sentidos literalmente ya que al probar un poco de salsa esta genera una experiencia única para el paladar del comensal. En México existen una infinidad de platillos en los que se utiliza el chile, la base para estos platillos puede ser una salsa verde o roja y la textura de la misma puede ser muy liquida o muy espesa, muy picante o ligeramente picante para la cocina mexicana la salsa es el ingrediente clave que va a dar sabor y color a nuestros platillos ya que la salsa no solo adereza la comida si no es el ingrediente que caracteriza al platillo, es como dije anterior mente el alma del mismo.
Cada país guarda costumbres muy propias de la zona y es muy común que al encontrarse con otras culturas les sorprenda algunos hábitos, como que en México los niños se les acostumbran a comer chile desde pequeños, he de confesar que a mí me pasa igual cuando me entero que en Ecuador se acostumbra a darles café a los niños, cuando en México eso nos dejaría pasmados jajaja pero entiendo que es algo muy cultural de la misma manera nosotros estamos muy acostumbrados y no vemos nada mal que los niños pequeños comiencen a probar picante.
Cada país guarda costumbres muy propias de la zona y es muy común que al encontrarse con otras culturas les sorprenda algunos hábitos, como que en México los niños se les acostumbran a comer chile desde pequeños, he de confesar que a mí me pasa igual cuando me entero que en Ecuador se acostumbra a darles café a los niños, cuando en México eso nos dejaría pasmados jajaja pero entiendo que es algo muy cultural de la misma manera nosotros estamos muy acostumbrados y no vemos nada mal que los niños pequeños comiencen a probar picante.
Incluso mis primeros recuerdos me llevan a un poblado del estado de Puebla cerca del pico de Orizaba (el cual es un nevado) por lo que en la zona hace mucho frió y en vacaciones de invierno recuerdo que mi mamá solía preparar junto a mi abuelita un caldo de carne de puerco con verduras como elote (choclo), haba, flor de calabaza, chile verde y epazote el cual era muy picante y es llamado en la zona chileatole y se elabora en el poblado donde ella nació, el caldo se consume especialmente en épocas de invierno donde estos platillos son ideales para calentar el cuerpo y el alma, siendo pequeña me picaba bastante pero el calor que produce el chile en combinación con los ingredientes lo ha hecho siempre uno de mis platillos preferidos que me dan una sensación en el cuerpo de vitalidad y un sentido de pertenencia único. Por qué algo que tenemos los Mexicanos es que vivimos nuestra comida y nuestra cultura en una mezcla ecléctica donde el color, el sabor y las texturas forman toda nuestra historia en un solo ingrediente como es el chile.
La salsa es sin duda el ingrediente comodín ya que puede ser espesa para acompañar unos tacos de carnitas, liquida para un caldo como el chile atole que es a partir de salsa verde o también puede ser cocida esta misma salsa y bañar unas ricas enchiladas de pollo con queso gratinado o en unos ricos tamales verdes donde la salsa es menos picante pero más espesa como ven hay una infinidad de platillos que ocupan una misma salsa, eso sin tener en cuenta que en México existen muchos tipos de chiles, como el ancho, el piquín, morita, poblano, de árbol, chipotle, cascabel, habanero, jalapeño, guajillo, etc. Cada tipo de chile tiene un sabor muy característico, los chiles frescos son diferentes a los secos por lo mismo el sabor va a variar a diferencia del ají el cual he visto que en Ecuador solo se licua en fresco y se acompaña en un tipo de ensalada que acompaña al hornado o a la fritada pero no varia mucho, incluso el degustar ají es de gusto en pocas personas aquí y solo he visto que se sirve como un acompañamiento que puede utilizarse o no y suelen prepararlo muy ligero en picante.
A continuación les comparto una receta de una salsa utilizando el ají Ecuatoriano el cual es muy rico y siento que puede ser más explotado en la comida, el chiste es no temer en experimentar y mezclar los ingredientes eso es lo divertido en la cocina, incluso a ahora mis hijos y mi esposo disfrutan de platillos México-Ecuatorianos los cuales nos encantan.
SALSA DE AJÍ COCIDA
INGREDIENTES
3 Ajís (al gusto de cada persona)
1 cebolla perla chica
1 diente de ajo
2 tomates rojos grandes
sal al gusto
1 taza de agua
PREPARACIÓN
En un sartén pequeño ase los tomates, la cebolla, el ajo y los chiles. Es recomendable que los chiles los haga al final ya que suelta humo y puede ser molesto para la familia por lo que les recomiendo que estén abiertas puertas y ventanas. Los tomates van a estar listos cuando la piel se separe, no deje que el ajo se queme demasiado ni la cebolla ya que tienen que estar solo tostados y cuando tenga todo tostado incluso los chiles quite el rabo de los mismos antes de colocar en la licuadora y quite la piel quemada de los tomates rojos, coloque sal al gusto, es recomendable una cucharadita cafetera de sal por una taza de agua, siempre ponga primero media taza de agua licue y pruebe así usted sabrá si quiere una salsa muy liquida o muy espesa según la comida que quiera acompañar con esta salsa.
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